viernes, 14 de agosto de 2009

Un año de viernes, muestra de mi más profundo sentido del gandulismo

El viernes ha sido uno de los días más maltratados en esta bitácora. Maltratado porque nunca tuvo un tema claro que le correspondiese a él y solo a él. Tal vez por ser considerado el comienzo del fin de semana, acabó acogiendo los artículos que iban destinados a los sábado y domingos cuando decidí, casi terminando el mes de octubre, seguir con el uno al día, pero solo de lunes a viernes. Ha sido ya bastante avanzado el año bitacoril cuando acabó acogiendo las tardes de sofá de forma casi exclusiva.

Pero empecemos por el principio. El primer viernes de la renacida bitácora coincidió con el primer día de agosto del año pasado. En él publiqué Tesoros perdidos reencontrados (II), hablando del reencuentro, dieciocho años después, de unos cuantos amigos del instituto. Estuvo bien y nos hicimos la ilusión de que se repetiría. Pero nunca más llegó. Después del primero decidí que los viernes iban a estar dedicados -siempre que pudiese- a hablar de música y de software, así que en la segunda semana de agosto, y como segunda entrada de un viernes, me lancé a la piscina a criticar un disco que me pareció una estafa en Un ¿tributo? a Pink Floyd a base de piano. En Calificando la música en iTunes propongo un procedimiento para asignar estrellas a las canciones que tengo en la base de datos del reproductor que uso siguiendo unos principios más o menos objetivos. Luego le seguiría Grados de separación en un accidente aéreo, repasando en qué medida acaba afectándote el terrible accidente mortal que sufrió un avión de Spanair lleno de canarios que volvían a Gran Canaria desde Madrid. En el último viernes del mes retomo la idea de seguir con la música y comento Otros tres tributos y dos bandas sonoras. A destacar las bandas sonoras de las dos últimas películas de Batman, Batman Begins y Dark Knight. Magistrales. En cuanto a los tributos, se debería prohibir que se siga explotando de esa forma el nombre de los grupos originales.

En septiembre tanteo la opción de comentar una aplicación de Mac para el primer viernes del mes. En Una utilidad muy chula para el Mac: iStat menu, repaso una pequeña gran utilidad que me encantó nada más instalarla. Mis ojos suelen visitar mucho la barra superior para revisar los diferentes indicadores que tengo activos. Con Mis 25 más escuchadas, según el iTunes, y las gráficas de colorines, retomo el asunto de la música y del iTunes y, pecando capitalmente una vez más de orgullo, me jacto de lo fantástico que soy diseñando soluciones de análisis de datos cuando, incluso, no las tengo todas conmigo. Este post me supuso una tarjeta entre amarilla y roja, más próxima a la segunda, en la empresa y me vi forzado a reescribir la última parte para hacerla más cercana a la verdad. Al fin y al cabo este es mi universo y lo redibujo como me apetece. Con el susto aún en el cuerpo llego al siguiente viernes de septiembre Molido como un perro e indocumentado en un viernes de septiembre que se prevé gris, donde cuento lo mal que me siento después de un sesión de casi dos horas de shiatsu, de sentirme gilipollas por haber perdido el carné de identidad (aunque unas semanas más tarde apareció en el lugar más insospechado), y todo por ser el primer viernes después de acabar el horario de verano en la empresa. Aunque los viernes salgo siempre a las tres, el día anterior había salido a las seis de la tarde y fui directo al masaje. Concluyo los viernes de septiembre alabando las magistrales manos y el empeño por mejorar constantemente que tiene la masajista a la que solía ir en Quisiera ser un gran profesional.

El primer viernes de octubre hay un cambio algo brusco y me descuelgo con Crecimiento sigmoidal y mercado inmobiliario. En él intento quedar como un cerebrito, pero el trasfondo es que lo que yo puedo ver, persona de intelecto más bien medio bajo, está ahí delante para todo el mundo y me sorprende que la gente no tenga la clarividencia suficiente para ver las evidencias. Durante dos viernes consecutivos trataré el tema de lo útil y fácil que resulta emular el sistema operativo XP dentro del Leopard con WMWare. Hablo de ello en ¡Oh, no! Un Windows en mi Leopard. Ejercitando un poco los dedos con .Net y en VMWare para mí, VMWare para ti, VMWare para él... Debido a la -ilógica- decisión de no publicar nada durante el sábado y el domingo para intentar, así, mantener el uno al día el resto de la semana, los últimos viernes de octubre los dediqué al tema de tardes de sofá con dos series de televisión, John Doe y The Big Bang Theory. La segunda de ellas áltamente recomendable. Fue en Tardes de sofá: John Doe, tal vez sí, tal vez no y en Tardes de sofá: pártete la caja con la serie 'The Big Bang Theory'. Repito, la segunda es muy recomendable.

En noviembre solo caerá un viernes comentado, otra serie, en esta ocasión también muy recomendable, en Tardes de sofá: 'Farscape', una serie con la que pasar unos cuantos buenos fines de semana.

Una de las dos entradas que escribo en diciembre cae en viernes y la dedico a agradecer a Sulaco que me enviase una postal navideña y a celebrar que Comienza la Navidad marcada por el hecho de haber recibido la caja de Navidad de la empresa.

A finales de febrero vuelvo a publicar algo en viernes, dos para ser exactos, y en el primero vuelvo a pecar de orgullo. En Marchando una de onanismo egolopático absurdo vuelvo a estar encantado con lo maravilloso que soy haciendo cosas con el Corel Draw. Después de eso, en el último viernes recomiendo la primera temporada de la serie de televisión Criando Malvas en Tardes de sofá: 'Criando malvas', primera temporada, muy recomendable.

Tardes de sofá: La divertida 'Boston Legal', la única serie que recomiendo en el único viernes en que publico algo en marzo, da paso a dos artículos publicados en viernes durante abril. En Tardes de sofá: la tercera novela de Mundodisco, 'Ritos iguales' cambio las series de televisión por la literatura fantásticohumorística de Terry Pratchett como herramienta para saltarse las obligaciones domésticas. Aunque dado que leer es intelectualmente más exigente que dormitar ante la televisión, en la siguiente entrada vuelvo a las series de televisión. Aunque no se puede decir que en Tardes de sofá: 'Eli Stone', para pasar el rato, llegue a recomendar una serie que, en general, acaba decayendo en el culebrón.

La ausencia de entradas en mayo se ve compensada con cuatro en junio. Tres series y un libro. Empecé con A disfrutar con 'Roma', serie que hay que ver, magnífica recreación de los tumultuosos años de la Roma del auge de Julio César y posterior caída. Se me fastidió la excusa con 'Journeyman', serie que solo por casualidad aparece comentada justo una semana después que la de Roma pero que tiene a uno de los protagonistas de la primera como protagonista de la segunda. Eso no hace que merezca ser vista. En la tercera semana de junio me paso a la literatura con el cuarto libro de la serie Mundodisco: 'Mort', comienzo de las andaduras de La Muerte. En el último viernes del mes de junio aparece publicada la última entrada que cae en ese día del primer año de la bitácora. Hablo de 'Life', empezó bien pero acabó cansando, una serie que me enganchó al principio que acabó resultando anodina, copiando el término que utilizó Luis en su comentrio. No he llegado a terminar la segunda temporada y dudo que lo haga.

Concluye aquí el repaso a los viernes del primer año de la bitácora. Veinticindo viernes se vieron cubiertos por artículos publicados. Espero que hayan disfrutado leyéndolos como yo escribiéndolos. Hasta mañana.

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